Hoy en día, las empresas no pueden —ni deben—permitirse quedar por fuera de la transformación digital.
Incorporar tecnologías digitales les permite aumentar la productividad, potenciar la rentabilidad y encontrar nuevas oportunidades de mercado.
No obstante, para que el proceso de digitalización alcance su máximo potencial, es fundamental que las organizaciones estén listas para adoptarlo.
Pero, ¿cómo saber si tu empresa se encuentra en condiciones de transformarse digitalmente? Te lo contamos en esta nota.
Transformación digital: más que una opción, una obligación
Cuando hablamos de transformación digital, nos referimos a la adopción de un enfoque orientado hacia el cliente que prioriza el uso de herramientas digitales en todos los aspectos que hacen al funcionamiento de una compañía, desde los modelos de negocio hasta la experiencia del cliente, pasando por los procesos y las operaciones.
En un mercado en constante movimiento en el cual los consumidores demandan soluciones personalizadas, ágiles y que respondan a sus necesidades cambiantes, la operatoria manual se torna obsoleta.
Por eso, si bien años atrás no era una de las principales preocupaciones para las organizaciones, hoy en día la digitalización se ha transformado en una prioridad.
Cuando ponen en marcha una estrategia de transformación digital, las empresas no solamente pueden ofrecer interacciones permanentes y multicanal a sus usuarios, sino también obtener ventajas competitivas, desmarcándose de aquellas compañías que aún no se han digitalizado.
Además, al transformarse digitalmente, las organizaciones se tornan productivas, eficientes y flexibles, lo que les permite encontrar y aprovechar nuevas oportunidades comerciales para expandir sus negocios.
Cómo saber si tu empresa está lista para digitalizarse
La transformación digital es un proceso complejo e integral que impacta sobre todos los departamentos de una compañía.
Aunque, a priori, todos los negocios tienen potencial de digitalización, antes de embarcarse en un proyecto es conveniente analizar algunas cuestiones que dan una pista sobre las posibilidades concretas que tiene cada empresa de iniciar el proceso transformador.
De hecho, algunas iniciativas fracasan o no aportan los beneficios esperados debido a un mal cálculo en el timing de implementación.
Esto nos lleva a preguntarnos: ¿cómo saber si es el momento adecuado? La respuesta a este interrogante podemos encontrarla teniendo en cuenta algunas señales que revelan que una organización está lista para un proyecto de transformación digital.
Existe claridad sobre el proyecto digital futuro
Una empresa está lista para transformarse digitalmente cuando tiene una idea clara y concreta de cómo la tecnología optimizará sus operaciones, impulsará su productividad y contribuirá a alcanzar los objetivos de negocio.
Aquellas organizaciones que saben hacia dónde van, conocen también la importancia de incorporar software y aplicaciones de misión crítica que potencien su desarrollo.
Las soluciones tecnológicas vigentes están quedando obsoletas
Es habitual que, tras haber pasado las fases iniciales de desarrollo —en las cuales herramientas tecnológicas básicas eran más que suficientes—, las compañías necesiten incorporar nuevas plataformas que acompañen su evolución.
Cuando las soluciones que utilizan ya han alcanzado un techo (y se convierten en frenos más que en facilitadoras), las organizaciones están listas para avanzar.
La puesta en marcha de una iniciativa de modernización y cambio digital resuelve este inconveniente, proporcionando soluciones escalables que respaldan la operatoria tanto en el presente como a futuro.
Existe una cultura de la innovación que abarca a toda la organización
La transformación digital no es un procedimiento que funciona de manera aislada, alcanzando algunos sectores corporativos y dejando otros al margen.
Para que sus efectos sean los esperados, es necesario que todos los colaboradores se involucren en el proceso. Para lograr este cometido, es fundamental que los líderes empresariales construyan una cultura de la innovación que apoye el pensamiento crítico y fomente la creatividad.
Si este pensamiento innovador acompaña a todos los integrantes de una empresa, el proceso transformador podrá ponerse en marcha sin inconvenientes.
Los colaboradores están adecuadamente capacitados
La digitalización no se termina con la implantación de sistemas informáticos. Para que las soluciones sean efectivas, los empleados deben saber utilizarlas correctamente.
Antes de embarcarse en un proyecto digitalizador, es necesario asegurarse que los trabajadores tienen las habilidades, capacidades y actitudes requeridas para ejercer sus funciones tras la implementación.
Si los colaboradores de tu compañía cuentan con estas skills y no se sienten amenazados por la fuerza de trabajo digital (porque comprendieron que será un complemento ideal para su labor y los liberará de tareas repetitivas), no tendrás de qué preocuparte.
Es customer-centered
Cualquier cambio que se introduzca a nivel tecnológico debe colocar en el centro a los clientes, buscando dar respuestas oportunas y adecuadas a sus necesidades y requerimientos y, por supuesto, una experiencia digital intuitiva y satisfactoria.
Cuando una compañía se preocupa por darles a los usuarios las competencias digitales que necesitan para sacar el máximo provecho de los servicios y productos, así como de los canales de comunicación, está lista para la transformación.
Existe claridad sobre la inversión necesaria para la implementación
A diferencia de lo que sucedía años atrás, hoy en día, los costos de la puesta en marcha de un proceso digitalizador se han reducido. En gran medida, esto se debe a la aparición de los modelos de pago por uso que evitan el sobreaprovisionamiento y eliminan gastos innecesarios.
No obstante, una empresa realmente preparada para la digitalización planifica la inversión teniendo en cuenta la situación del mercado, el contexto socioeconómico, las previsiones de ventas, y otras variables que le permiten calcular de manera relativamente precisa cuál es el ROI esperado.
Al analizar estas variables, es posible saber si una organización está lista para la transformación digital o si, por el contrario, necesita madurar procesos o formas de trabajo para lanzarse hacia un proceso de digitalización que ofrezca los resultados esperados. ¿Te quedó alguna duda? Esperamos tu mensaje.